miércoles, 12 de noviembre de 2014

#3: El cisne

Levanta sus brazos con delicadeza,
casi a punto de desplegar
toda esa gran belleza;
poder elevarse y volar.

Salta de un lugar al otro,
con un ritmo calculado
y extremadamente meticuloso.
Es difícil ver si se habrá equivocado.

Se desliza con su piel clara,
irradiando su blanca presencia.
Y presume sus negras plumas,
ante sus pares y la audiencia.

Cae trepidante y con suavidad,
casi parece magia
aquella gran habilidad;
logró captar su rol del día.

Se acercan la luz y la sombra,
la tierra y el cielo,
las aves y las mariposas,
a ocupar terreno.

Se sintió sometida desde fuera,
y ya había cambiado su ser.
Dejó de ser lo que antes era,
había vuelto a nacer.

lunes, 10 de noviembre de 2014

#2: (F)inal del camino

Hace años, cuando el pasar del tiempo era ajeno a la felicidad,
nos conocimos felices por pura casualidad.
¿Casualidad? Mejor dicho, obra del destino.
Y no hay momento que no se recuerden las hazañas y aventuras de esos tiempos de antaño.

Ahora sé que se nace sabiendo, se crece aprendiendo y se muere al haber comprendido todo.
Es poco decir, que mi vida ha aprendido todo de ti, y la tuya de mí,
el tiempo y la historia se han percatado de estos sucesos,
y los inmortalizarán por siempre, en mi mente y en tu recuerdo.

Tal vez vuelvas, tal vez no.
La luna y el sol pocas veces se ven en su vida.
Y aunque sea la triste realidad,
espero con ansias el día que nuestros caminos se crucen.

La felicidad es efímera en comparación a otros tiempos.
Tu recuerdo, cual espíritu de un pasado mejor, deambula en mi mente sin cesar su recorrido,
Es irrelevante hablar de felicidad, sabiendo que existe,
y la tienes, siempre fue un augurio que la tuvieras.

Y a costa de mi propio amor, cordura y celos.
Debo rogar porque así siga,
sin mí, pero lleno de otras personas,
que jamás lograrán entender lo que siento y jamás lo sentirán.

Los cielos lloran de tristeza, pero jamás como yo,
los árboles se inclinan de decepción, pero jamás como yo
todos ellos te aman, pero jamás como yo.
Recuerda, que mi amor y mi aprecio no se irán, aunque hayamos llegado


Al final del camino.

domingo, 9 de noviembre de 2014

#1: Daría igual

Daría igual vivir por separado,
estar en un mundo diferente.
Si de tu amor yo fui desterrado,
despreciado cual condenado;
desde allí, mi alma se volvió endeble.

Daría igual si no tuviera dinero
y viviese cual pobre diablo.
Puesto no vivo de lo efímero,
como tampoco de lo llevadero.
Vivo escaso de fortunas, más siempre aterrado.

Daría igual no saber nada de la vida,
porque el que entiende se deshace
entre lo que aprendió y sus pérdidas.
Vive con la espada y la égida;
jamás muere ni tampoco nace.

Daría igual morir hoy o mañana,
en eterna soledad o junto al amor.
Siento que mi vida está arruinada
y no le quedan deseos de ser salvada;
elocuente siempre al dolor.