#47: Adiós, Agosto

No más fotos,
los recuerdos rotos
vuelven al fondo
del cajón, junto con todo.
Ojalá que el próximo
tarde más en venir.
Espero también venga sobrio
de aquello que no quiero en mí.
El invierno aún no terminó
y la primavera no floreció,
sigue ese punto intermedio
que me mata por dentro.
Qué se pasen más rápido
los segundos, lo único que quiero.
Cada vez que llega
en el calendario la fecha,
por dentro me ahogo,
en la cuerda me quedo flojo
y en la intemperie con los lobos.
Pero ya no más sufragio
contra el calendario,
acabó ese solo tan largo.
Hasta pronto;
adiós, agosto.

#46: Cristal roto

Siento que grito y grito,
pero no hay caso,
el aire sigue vacío
y todos siguen su paso
mientras caigo.

Si me rompiese entero,
de pies a cabeza
quizá alguien se vea envuelto
a quitarme las cadenas
que me tienen preso.

La vida es un conteo
y sólo veo cómo va bajando,
sólo números,
nada que de verdad valga algo.
Pero espero sólo sea un error.

Me volví cristal,
que pisotearon y apedrearon
hasta no poder más.
Luego se disculparon,
qué pena que las disculpas no arreglan nada.

#45: Viejos juegos

Muchísimas veces
las cosas no salen
cómo se quiere,
terminan mal,
pero son cosas que pasan.
Lo importante es levantarse
y retomar todo en donde estaba
para no estancarse
en los errores de ayer
y enfocarse en hacer bien
todo lo que se viene;
siempre hay algo nuevo
y el secreto de los mejores juegos
es tienen algo tan bueno
como para hacernos
volver, por más tiempo que lo dejemos.
La vida es un poco así,
a veces perdemos
y por frustrarnos con eso,
la dejamos de vivir.
Aunque cuando retomamos,
o siquiera empezamos de cero,
volvemos renovados
y con ganas de seguir lo que abandonamos.

#44: Ya no quiero

No entiendo mi objetivo,
mi misión estando vivo.
No siento las cosas igual,
no veo la felicidad
que todos siempre disfrutan
y siempre estoy tan perdido.
Donde todos viven la paz
yo no la puedo encontrar,
siendo así me pregunto,
¿Para qué vine a este mundo?
Si no lo puedo disfrutar como todos,
¿Cuál es mi propósito?
Si es sufrirlo, ya no quiero.
Prefiero irme adonde fuera y perderlo.
A lo mejor no lo merezco
y por eso lo padezco.
No sé, quisiera saberlo,
si fuera el caso, me disculpo y lo lamento,
de verdad lo siento.

#43: La forma de antes

¿Cómo volver a enamorarme
de las cosas 
si ya no tienen la forma 
que tenían antes?
¿Cómo querer de nuevo al mundo?
si ya no es cómo lo recordaba
y tampoco sé si lo que una vez me gustó
hoy me gusta, o siquiera me agrada.
Tengo cristalizada la retina,
ya no puedo ver más nada
vi todo lo peor que podía ver,
aún así, temo por lo que me puedan hacer.
¿Dónde está quién me saque del pozo?
¿Cómo exilio al dolor de mi interior
a cualquier otra dirección?,
lo más lejos de mí que se pueda,
para jamás volver a verlo ni sentirlo.
De a poco el coro de voces se calla,
el teatro baja el telón,
se vacía hasta la última de las butacas
y terminó mi canción,
adiós al perdedor.

#42: Frío

Siempre fui tan frío,
tenías razón, lo admito,
aunque tampoco dije que no.
Creo que ni con todo tu calor
bastó para cambiar el invierno
que vive en mi corazón.
La ventisca un día llegó
y nunca más se marchó,
de vez en cuando siento el viento
chocando con mi pecho,
pero ya no podría empeorarlo,
así que no me altera tanto.
Traté muchísimas veces
de cambiar el asunto por uno diferente,
uno que agradara más a la gente,
o al menos no pareciera tan indiferente
cuando lo sintieses.
Pero no encuentro corrección,
supongo que me fabricaron con error
y jamás lo arreglaron; así quedó.
Te pido perdón, tuviste razón,
no pude sentir con el corazón,
por más tiempo que hubo, no se descongeló.
Es claro que nunca habrá solución
y que la tempestad jamás va a acabar,
me da pena, de verdad,
si pasara algo que lo pudiera cambiar
contaría los segundos hasta que llegara.
Seamos francos, no va a pasar,
me resigné a que las cosas puedan mejorar,
entendí que nunca se irá esta frialdad.
Aún no sé bien si siento,
pero sí estoy muy seguro de que sentí,
porque cada vez que lo pienso,
entiendo el dolor que sentí cuando te perdí.

#41: Mal lugar

Siempre busqué mi lugar en el mundo, 
pero jamás lo encontraba. 
No importaba cuánto buscara, 
todo estaba oscuro 
y apartado de lo que soñaba.

No me acompañaban las miradas,
miraban en direcciones opuestas;
cruzarlas era verlas muertas.
Por más que las persiguiera
en mí nunca estarían puestas.

Me vi encerrado de a poco
en el más insípido gris
de un mismo ritmo para vivir
que me descuadró,
pues no era para mí.

Todas las personas se veían igual,
ninguna era lo que quería,
tampoco estaban cuando debían
ni me ayudaban a encontrar
nada de lo que perseguía.

El mundo no fue hecho para mí,
cada día me resigno más
de pensar que podré encontrar
algún lugar donde vivir,
donde pueda ser quien soy en verdad.

#40: La cabeza no duerme

Siempre los mismos pensamientos,
me siento un necio
perdido en mi egocéntrico
sufrimiento interno.
Mi cabeza se llenó 
sin que me diera tiempo
de vaciarla, o abrirme
a más miedos.
En la noche ya no quiero dormir,
tampoco podría, siempre hay algo por ahí.
Tanto pensar me enterró vivo
bajo mil pisos,
en mi propio baldío
vacío y entristecido.

#39: Feliz cumpleaños

Feliz cumpleaños,
aunque no haya saludo
ni tampoco regalos,
esta vez el asunto
es cada uno por su lado.

Seguro que ni me pase,
como tampoco tú me veas,
esas cosas sólo la imaginación las hace;
no importa que estemos cerca.

Estuve todo el día pensando
el asunto, pero creo que
fue más fácil ahorrarme el llamado.

No me armé de tanto valor para llamar ni pasar,
así que dudo que te enteres de nada.

Pero bueno, feliz cumpleaños.

#38: Una larga carrera

Con las rodillas siempre raspadas
de tanto caer en picada,
el alma rota por tantas malas palabras
acerca de mí y lo que aspiraba,
pues todos critican en la largada
y te lloran en la llegada
si la ganas.

Muchos callos en los pies
por siempre correr
hasta ya no poder
más. Aunque me cansé,
pero jamás paré,
siempre estaba de pie
y yendo por todo lo que quería tener.

Poca voz por tanto gritar
las cosas que hacía mal,
hasta que logré recordarlas
y aprendí que no debía volver a causarlas.
También de nunca callar
en todo lo que acertaba
para no olvidar que todos se equivocaban.

Mucha fatiga por tanto viaje,
y más aún de saber que falta para que acabe.
Pero me tengo fe para lo que falte,
sobran las ganas de correr hasta cansarme
lo suficiente para caer y no poder levantarme;
en ese punto sabré que gané
y no quedó nada que no haya intentado hacer.

#37: Tiempo del olvido

Qué jodidamente difícil

es no recordarte

cuando sólo pienso en ti,

hasta habiendo podido superarte.

Aún revivo muchos momentos,

demasiados besos

y sobre todo, abrazos,

que aún siento en mis brazos

cuando no los pienso tanto.

Creo que extraño lo sencillo,

porque éramos muy fáciles,

compartíamos hasta los amigos,

no cualquiera mezcla sus relaciones
en una sola frase.

Lo raro es que siento todo distante,

como si hubiese pasado hace añares

o ni siquiera hubiese pasado

y es todo mera obra de mi mente,

que a lo mejor me tiene engañado

tras tanto tiempo pasado.

Te llamaría, pero ya lo hice antes

y no sé si valga el desgaste,

porque es tarde.

Si al menos hubiese alguna señal

o algo bastante claro

como para que lo vea

y sepa adonde dirigir el paso.

Sigo naúfrago en el mar de las dudas

porque siempre apareces

cuando mi memoria te sepulta

como si estuviera condenado a verte.

Me preguntaba si sería verdad

cuando dijiste que el tiempo olvida

y que, en semanas o quizá días,

te olvidaría.

Pero temo que no, el olvido es una mentira,

aún tengo en la retina

tu sonrisa.

Por más que me sonrían 

durante toda la vida,

sé que nunca me olvidaría

de tu sonrisa.