#26: Esperando otra vez

Me senté a esperar
sobre las vías del tren.
A que el sueño se haga real
y todo el vacío se vaya de una vez.

Traté de entender,

hice todo el esfuerzo,

pero no pude ver.

Fue un desperdicio de tiempo.

Siempre me acuerdo de mamá

quejándose por todo

y diciendo que hacía todo mal

aunque fuese espléndido

Papá era igual,

aunque no lo dijese,

sé que lo pensaba

y dolía como la muerte.

Con todos era lo mismo;

por eso me alejé.

Aquí sigo

lejos de donde empecé.

Quizá nunca fue mi lugar

y lo lamento mucho

porque lo hube de intentar

pero nunca se pudo.

Sigo esperando

en el mismo lugar

sentado y aún lastimado

porque sigo sin olvidar; el sueño todavía no es real.

#25: Amigos separados

¿En serio?
Me hablas de olvido,
como si te hubiera perdido
mientras hacía lo mío.
No es así, siempre estuve ahí
para ti y lo que te hiciera sufrir.
No sé, a lo mejor crecimos,
quedamos viejos
frente a quienes alguna vez fuimos;
nos separamos del trecho.
Sólo sé que hice el bien
y jamás te decepcioné,
al menos no por querer,
y si pasó fue sin querer y seguro lo lamenté.
Pero no quiero cuentos,
para eso los leo 
de alguien que llegue a los libreros.
Si el asunto termina aquí,
déjalo así.
No necesito moral
de quien no la puede mostrar.
¿A mí me vas a hablar de principios?
cuando fuiste tú el que olvidó todo lo que prometimos
cuando apenas éramos niños.
Entonces no éramos los más sabios,
quizá nada entendíamos
pero en el fondo sabía que eras mi hermano;
por más que hubiera pasado
jamás te habría fallado.
Pero quizá las cosas cambiaron;
ya no hermanos,
a lo mejor, amigos separados.

#24: (No) Queda tiempo

Queda tiempo
para hacer cosas
y dejar de lado el lamento,
que no logra nada y sólo estorba.
De verdad que hay mucho que nunca dije,
quizá porque no debía o el momento no lo permitía.
También hay mucho que dije que haría y nunca lo hice,
nuevamente, porque los tiempos nunca fueron lo que creía.

Me pregunto si de verdad nunca es tarde para todo eso y aún más.

La realidad es que lo nunca dicho sólo es una idea perdida,
un aire que nunca va a volar muy alto, siquiera volará.
Todo lo que jamás fue hecho jamás podrá ni podría
volverse real, no importa cuánto deseara.
Es la hora de no ser tan crédulo
por al menos un momento,
y aceptar al fin que
no queda tiempo.

#23: Valió la pena cada idea

Es tan fácil cuando se empieza
y la hoja sigue nueva.
Uno podría escribir lo que quiera
o lo primero que aparezca,
hasta que vienen las ideas
que de a poco te enredan.
Como perseguir esa felicidad eterna,
que jamás se encuentra
porque nada dura tanto como quisiera;
el polvo alguna vez fue piedra
y la ceniza madera.
Seguir lo que uno sueña,
pero no es tan fácil como piensan,
generalmente el mérito no se respeta
y triunfa el que, quizá, no debiera.
Es difícil ser poeta
en tiempos de guerra,
en los tiempos que hoy nos reinan.
Pero quizá cuando la hoja esté llena
pueda decir que valió la pena
sufrir por cada idea.

#22: No más momentos

Se abrieron las nubes,
cayó el cielo y apagó el sol.
No habrá más cruces
ni mañana ni hoy.
Se terminó todo,
no hubo tiempo para arrepentirse
y el que queda es poco;
ya es momento de irse.
No vamos a ninguna parte,
todo lleva al mismo lugar.
Se acaba el aire
y nada se puede solucionar.
Adiós al mundo,
se terminaron los momentos
porque llegamos al último.
Todavía no puedo creerlo.